Todos somos un bramador rojo en el interior
El domingo, después de mucho tiempo. Vi una película.
“The Sea Beast”.
Te la digo porque a lo mejor en este correo te cuento algo que te fastidia alguna parte de la película.
Es una de dibujitos, pero creo que tiene un mensaje oculto que es una de las cosas más importantes que solemos quedarnos para dentro.
La película va de cazadores de monstruos marinos.
De gigantescos monstruos marinos.
De estos que agradeces que la película sea de dibujitos y no de verdad.
Porque sino, a mi por lo menos, me daría miedo.
Total, que en la película nos cuentan todas las batallas que tienen monstruos y cazadores.
En concreto unos de un barco llamado el inevitable.
Todo sigue su curso de cazar monstruos y entregárselos a los reyes hasta que aparece una chica.
Una niña.
Una pequeña huérfana con un corazón muy valiente.
Que se había estudiado todos los libros de cazadores y lo conocía todo.
Total que se mete como polizón al barco cuando van a por el monstruo más peligroso del océano.
Ya aquí te puedes imaginar lo que pasa.
Descubren a la niña, y esta de una forma u otra para la guerra entre monstruos y cazadores.
Porque ella lo que ve, en un monstruo 500 veces más grande que ella, es bondad, que en realidad no quiere hacerles nada.
Quiere paz.
Lo que es algo que no puede mostrar porque todo el mundo está intentando cazarlo.
Aunque él, bueno ella, porque es una monstrua.
Sólo quiere existir y no ser malo con los humanos.
Me encantan este tipo de películas porque yo me identifico con el monstruo.
Te explico por qué.
Es una criatura enorme, del mar y super guay, a la que todo el mundo le presta atención.
Eso la parte básica.
Ahora bien, en realidad esa monstrua no es como en realidad es, sino que es como la hacen ser.
La fuerzan a ser mala, está incomprendida.
Y creo que eso es algo que, por lo menos un poco, nos pasa a todos hoy en día.
Tenemos características.
Cualidades.
Sueños y objetivos.
Que no enseñamos porque tenemos cazadores que nos hacen ser de otra manera.
Mira, yo no te quiero decir qué o cómo tienes que ser.
Lo único que voy a hacer es ayudarte a dar ese primer paso.
Para que puedas ser como de verdad eres y hacer lo que de verdad quieres.
Los jóvenes que cambiarán el mundo.
Sigan en progreso.
PD: te estoy contigo.